LO QUE CUESTA UN IDEAL 11
Las oficiales nos pegaban a las aprendizas.
Un día reaccioné y le di un par de tortazos a una de ellas. Inmediatamente la
jefa me echó. Era más fácil encontrar aprendices que oficiales.
Mi madre volvió a encontrar trabajo para mí
en una fábrica de pañuelos.
En los talleres se tenía la costumbre de
hablar un poco picante, de hombres y de picardías. En estos sitios siempre viví con problemas.
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