OTRA BATALLA 4
Al otro lado
del río se extendía una sábana de fuego. Desde el río diminutos botes lanzaban
a las llamas chorros de agua que mas parecían para alimentar las lenguas de
fuego que para extinguirlas.
La fuerza aérea
dice que hay más de cien aviones atacándonos:
-¿Hemos tumbado
alguno?
- Siete,
solamente, el fuego no sube lo suficiente para alcanzarlos.
Adentro los
ajedrecistas seguían absortos en su en su partida. El edificio se estremeció,
el estallido lo llenó y nos dejó zumbando los oídos, Dos de los nuestros
entraron dando unos traspiés, tenían la cara demacrada, la ropa hecha girones,
las manos cubiertas de arañazos. Vivían en una casa de madera cercana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario