CAÑASGORDAS 37
Yo
no aspiro a casarme con ella porque no
la merezco, que si la mereciera y ella me amara me casaría ahora mismo, aunque
me costara la vida.
Don Manuel volviéndose al Padre Escobar: No
hay duda, esa es mi sangre, la reconozco, dirigiéndose a Daniel le dijo:
-- Daniel acabo de saber, por mi compadre
Escobar quienes fueron tus padres
Eres hijo legítimo de un gran amigo, de mi
misma familia y llevas un apellido ilustre. Ahora puedes escoger la esposa que
quieras. Ninguna señorita quien quiera
que sea, te negará su mano. No te aflijas porque doña Inés no quiera casarte contigo
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