CAÑASGORDAS 29
-- Compadre, respondió el Padre Escobar; hace
muchos años guarda vuesa Merced ese secreto y piensa que nadie en el mundo lo
sabe, sin embargo hay otra persona que lo conoce; esa persona soy yo.
-- ¿Cómo llegó vuesa paternidad a saber tal
secreto?
-- Ahora se lo diré, hay una diferencia entre
los dos…
-- Hace de eso veinticinco años. ¿Conoció vuesa
paternidad a don Henrique De Caycedo?
-- Si, compadre, lo conocí.
-- Don Henrique de Caycedo era mi primo, hacia
sus estudios de derecho en la Ciudad de Quito, y cuando estaba próximo a
coronar su carrera vino aquí de paso en unas vacaciones. Había entonces en
Cali, en el barrio de San Agustín una muchacha plebeya llamada Dolores Otero a
la que le habían dado el sobre nombre de “la flor del Vallano”. No había
muchacha noble que pudiera competir con ella en la seductora gracia de su
rostro y de su talle. Mi primo conoció a Dolores Otero al salir de la salve que
se canta todo el sábado
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