021 UN SUEÑO
Pero aquellos días pasaron. Mi nieto vive en una casa magnífica construida con el dinero trabajado por estas huesudas manos, mientras yo duermo en una abandonada tumba invadida por sabandijas.
Con algunos amigos que viven junto a mí, hemos fundado y establecido la prosperidad y nuestros queridos y opulentos vástagos dejan que nos pudramos en este cementerio.
Ahora ni siquiera podemos ocultar nuestra pobreza y todo lo que queda de la antigua alegría son algunos árboles mirando a la lejanía de los bosques.
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