Virginia
En todo caso, allá por el siglo XIX la costumbre del autoanáilis se había generalizado , los hombres de letras solían describir sus estados mentales en autobiografías.
Gracias a esta acostumbrada costumbre de la literatura de la confesión y auto -análisis, escribir una obra genial es casi una proeza de prodigiosa dificultad. Las circunstancias suelen estar en contra, los perros ladran, la gente interrumpe, hay que ganar dinero, la salud falla. La indiferencia del mundo acentúa estas dificultades, las hace más pesadas.
Pero para la mujer, estas dificultades eran infinitamente más terribles. Para empezar, tener una habitación propia, no digamos una habitación tranquila era algo impensable.
Eran legión los hombres que opinaban que, intelectualmente no podía esperarse nada de las mujeres. Siempre estar oyendo esta afirmación: No puedes hacer esto , eres incapaz de lo otro.
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