El amante...
Clifford se casó con Constance, la luna de miel duró un mes. Cuando Clifford regresó, regresó con la parte inferior de su cuerpo paralizado para siempre.
Había regresado a su hogar sabiendo que nunca podría tener hijos y, sí mantendría una mujer joven y vita, insatisfecha. Había estado cerca de perder la vida, lo que le quedaba era de un valor excepcional para él. La herida había llegado al fondo, había dejado un vacío en su sensibilidad.
Su mujer, tenía el pelo castaño, un cuerpo fuerte lleno de energía. Era de ojos grandes con una voz dulce y suave, ella y su hermana habían tenido lo que se podría llamar una educación poco convencional.
Constance tenía sus dudas...se hablaba mucho del asunto en su casa, parecía tener gran importancia. ¡Por qué no iba a ser como una chica y darse a sí misma como regalo!
El asunto del sexo era una de las ataduras más antiguas y sórdidas. Las mujeres siempre habían sabido que había algo mejor. "La libertad hermosa y pura de una mujer, tan maravillosa como cualquier amor sexual...
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