EPILOGO…
8
¿Qué importa lo que yo opine? No
me creerán.
-- Yo creo que tuvo muchísimo cuidado de no cerrarla.
-- ¿Qué quiere decir con eso?
-- Ese joven no trabaja sólo, sabría que cuando llegara le habrían
dejado una puerta abierta.
Darío Díaz no estaba muy seguro
de algo que tal vez fuera fruto del rencor.
-- Si le digo que después lo oí hablar con la señorita Felipa, dirá que
me lo estoy inventando.
-- Y, seguramente –se lo dijo para sí- “Eso es lo que estás haciendo”
pero en voz alta añadió:
-- Usted no podía oír lo que decían en el invernadero.
Salió y le vi tomar el camino del invernadero.
-- Y a los pocos segundos,
añadió: salí a ver si hay ortigas bien verdes y tiernas.
-- ¿Hay ortigas verdes y tiernas en octubre? –se preguntó Darío Díaz. Comprendió que Mitzi había inventado a toda
prisa una excusa.
-- ¿No oyó nada más de lo que me ha dicho?
-- En esas doña Dora me llama: Mitzi, Mitzi, así que tengo que ir.
-- ¿Y por qué no me dijo eso el otro día?
-- Porque no recordé.
-- ¿Está completamente segura de que era doña Felipa?
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