LA
HERENCIA
21…
-- Tenga la bondad de tocar la campanilla. Entró Bernardo sorprendido.
-- Tenga la bondad de cerrar la puerta.
-- Vamos, Bernardo. Díganos la verdad sobre ese incidente de ayer.
Bernardo palideció.
-- Se lo he dicho todo.
-- ¿Nada que añadir?
-- Nada en absoluto.
-- Cuando se sentó ayer en la butaca, ¿lo hizo para esconder algo?
-- No, señor.
-- Parece que cuando el señor Suarez dio la espalda usted dejo salir al
hombre que se escondía en la alcoba.
-- Ahora sé que está mintiendo.
-- ¿Tendría la bondad de quedarse en el cuarto?. Póngase cerca de la
puerta.
-- Señor Suarez, le voy a pedir que haga bajar a Gildardo a este cuarto.
En un momento estaba el señor Suarez con Gildardo, era un joven de
excelente figura, ligero ágil y de una
agradable franqueza. Sus ojos azules se posaron con expresión vacía en
Bernardo.
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