ORTEGA y EL LIBRO 1
EL
BOSQUE
El
adagio germánico afirma que los árboles no dejan ver el bosque. El bosque
verdadero se compone de los árboles que no veo. El bosque es una naturaleza
invisible.
Se irá el bosque descomponiendo en una serie de trozos sucesivamente visibles.
El bosque huye de los ojos.
Cuando llegamos a uno de estos breves claros
que deja la verdura, nos parece que había allí un hombre sentado sobre una
piedra, los codos en las rodillas las palmas de las manos en las sienes, cuando
íbamos a llegar , se ha levantado y se ha ido.
El bosque está siempre un poco más allá de
donde estamos. Las ninfas fugitivas poblaron las selvas. Desde cualquiera de
sus lugares es el bosque una posibilidad, una vereda por donde podríamos
internarnos, es un rumor débil en brazos del silencio, son versículos de cantos
que hacen a lo lejos los pájaros puestos en una rama. Lo que del bosque se
halla ante nosotros es sólo pretexto para que lo demás se halle oculto y
distante.
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