MEDITACIONES 10
de José Ortega y Gasset
La figura de Don Quijote, planteada en medio
de la obra, recoge todas las alusiones, ha atraído la atención exclusivamente
en perjuicio del resto de ella, y, en consecuencia, del personaje mismo.
En cierto modo es Don Quijote la parodia
triste de un cristo más divino y sereno.
El es un cristo gótico, macerado en
angustias modernas, un cristo ridículo, creado por una imaginación dolorida que
perdió su inocencia y su voluntad.
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