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viernes, 22 de septiembre de 2017

DOMINGOS

                          TRES DOMINGOS POR SEMANA    26     

    Tío –Por supuesto…por supuesto. El doctor Dubb…

   Esmithenton. –(Tapando su voz.) Pues bien, señor: la velocidad de esta  revolución es de mil millas por hora. Supongamos ahora que yo me traslado a mil millas al este de donde estamos. Como es natural, me anticipo a la salida del sol en una hora exacta con respecto a Londres. Veo salir una hora antes que usted. Si avanzo otras mil millas  en la misma dirección, me anticipo en dos horas; otras mil millas y tendré tres horas de adelanto, y así sucesivamente hasta que, terminada la vuelta al globo, y otra vez en este mismo sitio después de viajar veinticuatro mil millas al este, me abre anticipado en veinticuatro horas a la salida del sol en Londres: vale decir que estaré adelantado en un día con respecto al tiempo de usted. ¿Claro, no es cierto?

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