SUBLIME 4
Los sábados en la sala de la taberna tocaba
la banda y el pueblo bailaba con la música.
Los domingos misa en la iglesia, en la
tarde la taberna donde se reunían los
hombres.
Pero las aldeas ya no se parecen. La iglesia
estaba en la aldea vecina y nadie la frecuenta, la taberna se había convertido
en oficinas, los jóvenes no tenían donde bailar. Las festividades religiosas no
interesaban, el cine estaba en la ciudad, a veinte kilómetros.
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