LO
QUE CUESTA UN IDEAL 3
“El recuerdo que yo tengo de mi misma, es el
de una niña triste, que no juega nunca. Era la mayor y había que fregar los
platos y pelar las papas. ¿Quién hacía todo esto? ¡Pues la mayor, por supuesto!
Era la que se quedaba en casa a ayudar a la madre”.
Briseida fue una persona agradable,
sociable y abierta, pero en el fondo era una mujer triste.
--“No conservo la imagen acogedora de una
madre que me lleva a su regazo y me acoge entre sus brazos. La imagen que
guardo de ella es desagradable, siempre pegándome y gritándome. Mi madre no me
quiso nunca. Yo a ella no la quise con pasión, en cambio a mi padre si lo amé
apasionadamente.”
Briseida cuenta algunas anécdotas
familiares, que sirven para formarse una mejor idea:
No hay comentarios:
Publicar un comentario