EL
COLECCIONISTA DE POLVOS 3
-- Idóneo, doña Nati, idóneo y puntual.
-- Don Socorro de Palomín Minguez, cuya hija era la esposa del capador
del huevo encorado, gastaba en los calzoncillos culera de cretona floreada, para así encelar a las
viudas y enguilarlas en el guáter o donde fuera, ¿qué más da?, tras una breve
faena de aliño.
-- ¡Jo, qué artista! ¿Y le daba
resultado?
-- Pues mire, usted, según, o sea, unas veces sí y otras no. Con las
viudas, como son recelosas no sabe uno a qué carta quedarse.
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